
"Olvídame tú que yo no puedo..., No voy a entender el amor sin ti..., Olvídame tú que yo no puedo.., Dejar de quererte..., Por mucho que intente no puedo..., Olvídame tú..."
Pobre Duma, día y noche cantando esta canción, y es que desde que volvió con nosotros no consigue olvidar a los que un día consideró su familia. Todo iba bien, pero cambiaron de casa, y ella ya no cabía, o a lo mejor es que esos preciosos ojos color miel que tiene no conjuntaban bien con la nueva tapicería. Tiene gracia la cosa, como si nosotros necesitasemos mucho espacio para vivir, si lo que nos gusta es estar cerquita de los que queremos, y yo pienso que si la casa es pequeña, pues casi mejor, más juntitos todos.
Bueno, me voy a hacerle compañía un ratito, y si le digo que la semana pasa volando, y que el domingo llegará enseguida, y que aquí estará Irene para pasearla un ratico, bueno para pasearnos, porque Irene nos pasea a las dos juntas,ella es así, por eso nos hemos hecho amigas Duma y yo, pues si le digo todo eso, ¡¡seguro que se anima!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario